Quiero darle la bienvenida a una nueva compañera de aviario:
Luni,
la ninfa arlequín.
Hoy en día es tan fácil conseguir un nuevo miembro plumífero de la familia que muchos se olvidan de, posiblemente, la manera más gratificante y ética: la adopción.
Adoptamos a Luni, una señorita ninfa, que llevaba su humilde vida de unos dos años dentro de una jaula con solo un palo de plástico y un comerdero lleno. Las ninfas, como todos los psitácidas (= loros), son animales muy inteligentes y necesitan estímulos, interacción y vuelo libre a diario. No se puede tener a un pájaro como adorno en una jaula, porque se pondrá triste al no poder ser pájaro. Bien, su dueña anterior hizo el intento de sacarla una vez, pero la vuelta a la jaula ha sido tan difícil, que no ha vuelto a sacarla nunca más. Recordemos aquí la manera sumamente eficaz del "jaula-taxi" - sin estrés y sin problemas. Como dicha dueña se dio cuenta de la triste existencia de su ninfa, puso manos a la obra y le buscó un nuevo hogar. Cuando yo me enteré pensé que "chiiiiiiiiiiiiiiuuuuuu" (sí, mi cerebro es del tamaño de un guisante) y que las ninfas son mucho más tranquilas que nosotros los agapornis, así que ni se daría cuenta de otro inquilino más. La adoptamos (a pesar de que nos indicaron que "pica" y "no se deja coger").
Al principio Luni se mostró muy reservada pero por nada miedosa. Estuvo algunas semanas en su jaula individual bajo observación (cuarentena) y que se pueda acostumbrar al espacio que le rodea. Cuando se pudo descartar cualquier enfermedad (bastante habitual en pájaros tenidos en aislamiento) el siguiente paso era dejar a las otras dos ninfas (Panki y Pinki) libres acercarse a la jaula de Luni. Como Luni debe ser hembra (su plumaje en la cola tiene las características rayas) y por lo tanto no se espera grandes problemas con los dos machos.
Ella ha decidido no salir de su jaula (si no quiere, tampoco la sacamos a la fuerza), así que Pinki (lutino) le hizo una visita. De hecho, Pinki ya se instaló en la jaula de Luni, porque quería entablar amistad. Durante muchos días Luni prefirió quedarse en su jaulita hasta un día en el que pegó su primer vuelo. En esta ocasión permitió también a Pinki que le rascase la cabecita (aunque generalmente aún no han llegado a este grado de intimidad - por el momento Pinki le canta sonatas y solos espectaculares). Ese gran día de la primera salida voluntaria se ha aprovechado para el traslado a la jaula compartida por los tres personajes ninfiles. Este proceso se realizó con el "jaula-taxi" sin problema alguno y los tres se lo arreglaron: cada uno en un palito. Para asegurar que todos puedan comer tranquilamente, por supuesto disponen de varios -y grandes- comederos.
Por el momento Luni prefiere quedarse dentro de la jaula común mientras que los otros dos dan sus vueltas y vuelos diarios. Sigue sin miedo, pero con cautela, y es la mejor criatura plumífera que se hubiera podido adoptar. Es una ninfa de lo más encantadora y graciosa (¡y por supuesto guapísima!), que se acostumbrará pronto al nuevo hogar y quien sabe, pronto tal vez se posará en los brazos o cabezas de nuestros humanos.
¡¡¡Sí a la adopción, también de pájaros!!!
Así que cuando consideréis buscarle una pareja a vuestro pájaro, ¿por qué no adoptar uno?
